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Técnica de Respiración Energética

¿Por qué es importante respirar correctamente para nuestro trabajo?
En la mayoría de las ocasiones no notamos cómo la respiración se torna densa, irregular e inadecuada. Y esto no es un asunto menor: una mala respiración involucra, como consecuencia, una pobre irrigación y oxigenación de todas las células de nuestro cuerpo (incluyendo las cerebrales), lo que afecta nuestra capacidad de pensamiento, nuestra reacción y, en definitiva, nuestro funcionamiento y rendimiento en el trabajo. 

Tipos de respiración 

Hay tres formas en las que respiramos, a diario y según la actividad. Se trata de las respiraciones abdominal, torácica y clavicular. La respiración abdominal es la que se realiza al inspirar, inflando el abdomen en el proceso. La respiración torácica, en cambio, provoca inflar el pecho al inspirar, abriendo la caja torácica. Por su parte, la respiración clavicular involucra el movimiento ascendente de la clavícula al inspirar, sin ampliar la caja torácica. 

Estos distintos métodos de respiración serán de utilidad para la relajación del cuerpo, durante la práctica de ejercicios que te ayudarán a renovarte para empezar o para continuar con tu jornada laboral. 


Inconscientemente, realizamos una respiración torácica, sin pensarlo. Para realizar ejercicios relajantes, puedes poner en marcha un sistema respiratorio abdominal, y para hacer una breve pausa, simplemente cerrando los ojos y renovando el aire en tu organismo, puedes realizar algunas inspiraciones y exhalaciones supraclaviculares. 



Ejercicio para mejorar la respiración 


Hay un cuarto tipo de respiración que podemos poner en práctica en momentos de necesidad. Se trata de la denominada respiración “energética”. Cuando te sientas agobiado y te sientas falto de energías, puedes practicar un simple ejercicio de respiración energética. 




Para ello, ponte de pie con las piernas separadas y los brazos libres, al costado del cuerpo. Da unas bocanadas de respiración abdominal o supraclavicular para relajarte, y relajar tu mente. Luego, cuando te sientas listo, inspira todo lo que puedas, y mantén el aire. 


Mientras mantienes el aire, levanta los brazos hacia el frente de tu cuerpo, estirados, dejándolos paralelos al piso, con las palmas estiradas, hacia abajo. Ahora cierra los puños con fuerza, y flexiona los codos para llevar los puños hacia tu cabeza. Mantén unos segundos, y vuelve los brazos a la pose horizontal. 



Lleva nuevamente los brazos hacia abajo, con los puños aún cerrados, y ábrelos cuando llegues a tener las manos junto a tu cuerpo. Relaja los brazos, y libera lentamente el aire que estabas manteniendo. Toma algunas inspiraciones supraclaviculares para restablecerte, y te sentirás renovado. 


Recuerda siempre respirar naturalmente, El ritmo de respiración debe ser normal, regular, y pausado. Toma algunos descansos a lo largo del día para realizar algunos ejercicios de respiración, y renovar tu oxigenación celular en actividades sencillas.

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