En invierno parece que la energía a nuestro alrededor se va apagando. Nos sentimos con poco entusiasmo, un poco ahogados dentro de casa, como si esas cuatro paredes se nos echaran encima. Es el momento de incrementar la energía, de renovarla y darle un poco de movimiento.
Existen varias formas de hacerlo y todas son muy sencillas.
-Abre ventanas y puertas: Abrir las ventanas y puertas exteriores es una magnífica manera de hacer que la energía interior de la casa se movilice, por la entrada de aire nuevo. Basta con hacerlo durante diez minutos. En los rincones sin acceso a corrientes de aire, usa el ventilador.
-Musicaliza ese día: No se trata de molestar a los vecinos, pero de vez en cuando puedes poner música buena música (clásica-new age) a un volumen elevado, para que la misma energía de la casa se eleve y se despegue del suelo.
-Luz: La luz es probablemente la fuente de energía más universal y una de las más poderosas. Por eso conviene, de vez en cuando, llenar nuestra casa de luz. Será como un baño revitalizante para su energía. Aprovecha un día soleado y limpio para descorrer todas las cortinas y abrir todas las ventanas. Allí donde la luz natural no llega, enciende todas las luces.
-Los niños y sus animalitos son excelentes reactivadores de la energía Chi. Son espontáneos, son naturales y están llenos de inocencia y de una energía incombustible. Así que déjalos corretear por tu casa, cantando, gritando, jugando o riendo y verás como la energía experimenta un cambio-
-Lavar alfombras, almohadones, cojines, cortinas suelen ser los elementos que con menos frecuencia lavamos, y sin embargo son los que mayor cantidad de energía Chi son capaces de almacenar. Generalmente están cargados de energías viejas y pesadas, así que de vez en cuando conviene recogerlo todo y al lavarropas. Si no los puedes lavar, como el colchón, sácalo al sol.
-Renovar las plantas de interior o reciclar las antiguas, cambiándoles la tierra y eliminando ramas u hojas marchitas.
-Cambio de adornos, cuadros, etc : Algunas veces mantenemos cuadros en las paredes durante años sin que en realidad sepamos muy bien por qué. Repasa todos los cuadros que decoran tu hogar y analiza los sentimientos y sensaciones que te transmiten. Si alguno ya no te gusta, sácalo de allí y busca, sin prisas, otro que genere para ti mejor energía.
Lo mismo con los adornos o souvenirs