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Consagración de la Casa y 3 Recetas de Limpia

Si la casa ya estuvo habitada anteriormente, se debe realizarse una limpieza previa (preferentemente un martes) y luego el ritual de celebración, denominado "ritual de apertura": 

Antes de comenzar, cubrirse la cabeza con un gorro o pañuelo al que hay que agregarle unas gotas de perfume para no absorber cargas negativas que puedan haber en el lugar.
Cerrar puertas y ventanas y abrir armarios o cajones.
Limpiar los pisos (desde el rincón más alejado de la puerta de entrada) con una mezcla de agua, vinagre blanco y el jugo de un limón, hasta llegar a la puerta.
Sahumar, en la misma dirección, tomando un cuenco o plato en el que se encienden un carbón con hojas de romero y laurel, mientras se realizan círculos en el aire, para que la energía estancada se libere.
Luego, llenar unos vasos de vidrio con agua y dejar uno en cada habitación o ambiente que posea la casa para que termine de absorber restos de energía anteriores
Como último paso, tomar un plato, cubrirlo con una capa de sal gruesa y sobre ésta colocar tres velas formando un triángulo: una blanca,otra roja y otra violeta. Esto sirve para limpiar, proteger y transmutar la vibración del lugar. Encenderlas y dejarlas hasta que se consuman por completo.
Al haber terminado el ritual, deben abrirse puertas y ventanas y permitir que se airee el ambiente. Los restos de vela, sal y de todos los elementos utilizados, deben tirarse al otro día por una alcantarilla. El agua de los vasos puede arrojarse dentro del hogar y luego limpiar los vasos con alcohol. Luego se procede al ritual de apertura.

En el caso de las casas a estrenar, se realiza sólo el ritual de apertura, que debe relizarse un día jueves:
Abrir puertas y ventanas y cubrir los marcos con un poco de sal gruesa. Sobre cada abertura se hacen sonar tres veces campanas (preferiblemente de metal ) para elevar las vibraciones del lugar.
Encender sahumerios de mirra o incienso en cada dormitorio.
Luego, llenar cuencos o platos hondos con agua en los que se colocan números impares de flores blancas ( símbolo de la pureza y del comienzo ). Pueden ser rosas, jazmines o claveles. Hay que ponerlas por toda la casa, sobre todo en las habitaciones principales.
Detrás de la puerta de entrada, esconder una gema de ojo de tigre, ónix o amatista.
Finalmente, en el centro de la casa se ubica un plato playo, al que se le traza en su superficie un círculo con miel, al que se le coloca una vela blanca que se enciende para dejar consumir hasta el final. El resto de la vela, junto con el plato, deben tirarse a la basura, fuera de la casa. Las flores deben permanecer en el hogar sólo durante una semana. La sal dispuesta en los marcos hay que barrerla hacia afuera, después de haber recibido la primera visita. La gema elegida, debe quedar para siempre como elemento protector. Y, ahora sí, a disfrutar de la armonía en nuestro nuevo lugar... 



La bendición que se da aquí para consagrar o purificar la casa o el cuarto, ha sido útil por un sin número de años, y por medio de ella muchos han recibido bien en abundancia.
Sosegadamente, colócate en la habitación principal, y en voz alta pronuncia estas palabras:


"En esta casa hay sólo una presencia, la Presencia de Dios, lo bueno. Aquí no puede entrar ningún mal. Dios, lo bueno habita aquí. Cualquiera que entre sentirá la Presencia Divina de lo bueno.
Aquí hay sólo una Presencia, la Presencia de la Vida. No se ve la muerte ni se teme de ella. Sólo hay vida. Todo temor se desecha. Cualquiera que entre aquí sentirá la Presencia de la Vida pura y bendita de Dios.

Aquí hay sólo una Presencia, la Presencia de la Verdad. Nada falso puede entrar. En esta casa no se encuentra el engaño ni la envidia, ni los celos, ni el egoísmo. Se desecha todo pensamiento falso. Cualquiera que entre aquí sentirá la Presencia de la Verdad.

Aquí hay sólo una Presencia, la Presencia de la Salud. Ninguna enfermedad puede entrar, ninguna impureza, ningún temor. Toda enfermedad y flaqueza será echada afuera. Cualquiera que entre aquí sentirá la presencia de la Salud.

Aquí hay sólo una Presencia, la Presencia de la Pureza. Ningún pensamiento impuro puede entrar. Yo habito en la Pura y Bendita Presencia de Dios. Cualquiera que entre aquí sentirá esta Presencia Bendita y Pura de Dios.

En esta casa se aposenta la Paz y la Armonía. Aquí yo vivo en la Presencia de la Paz. Ningún pensamiento de inquietud o discordia puede entrar, ninguna irritabilidad, ningún temor. La Presencia de Dios es Paz. Cualquiera que entre aquí sentirá la Presencia de la Paz.

En esta casa se aposenta la Prosperidad. Ningún bien me faltará. No hay falta de satisfacción. Cualquiera que entre aquí se sentirá complacido, contento y próspero.

En esta casa se aposenta la belleza. Aquí hay sólo una Presencia, la presencia de lo bello. En Dios existe toda la belleza espiritual. Esta casa está glorificada por Su bendita presencia. Cualquiera que entre aquí sentirá lo bello de toda cosa santa y perfecta.


Aquí hay solo una Presencia la presencia de la Sabiduría. La necesidad, la ignorancia, la duda y la superstición son desechadas. Dios que es todo sabiduría habita aquí. YO vivo y me muevo en la presencia de la sabiduría.
Aquí hay sólo una Presencia, la Presencia del Gozo. Se manifiesta por todas partes. Ninguna pena puede entrar. La pesadumbre se desecha. Aquí habita el gozo del Señor, por tanto yo abundo en alegría. Cualquiera que entre aquí sentirá la presencia del gozo."


Aquí te presento otras 3 recetas, usa tu intuición la que más te agrade y hazlo con fé.


 1- ¿QUE NECESITAS?


Un sahumerio 

Canela en polvo (una cucharadita) 
Incienso en polvo (una cucharadita) 
Mirra (una cucharadita) 
Carbón
Pétalos de siete rosas blancas 
Velas blancas, tantas como habitaciones tenga la casa 
Una vela azul 
Papel de seda blanco


¿QUE HACER?


Coloca una vela blanca en una esquina de cada habitación, enciéndela. Ubícate en el centro de cada habitación y sahuma en forma de círculo en dirección de las manijas del reloj. Junto a ti, en el piso, colocarás la vela azul, la que te acompañará en cada habitación. Tendrás en la mano izquierda un puñado de pétalos que esparcirás por la habitación mientras sahumes. Después de sahumar y haber esparcido los pétalos de las rosas harás el siguiente pedido, que lo repetirás en cada habitación: 'Yo...(dices tu nombre), me dirijo a ti, guardián de esta casa para pedirte permiso para habitarla y que veles por mi (o nuestra) armonía y paz y que las anteriores energías negativas se desvanezcan'. Este ritual se hace con las ventanas cerradas. Luego las abres por lo menos durante media hora. Al terminar el ritual, arroja a la basura los pétalos y los restos de las velas, todo envuelto en papel de seda blanco.


2-¿QUE NECESITAS?


Perejil lo necesario. (Solo las hojas).
Vasos de vidrio,(llanos, sin adornos) tantos como habitaciones tengas.
Canela en polvo.
Azúcar (de preferencia rubia o morena).
Agua natural embotellada sin gas.


¿QUE HACER?


Este ritual se realiza un día martes al medio día. Llenas los vasos con agua hasta la mitad, colocas el perejil, agregas media cucharadita de canela y azúcar. Repartes estos vasos por todas las habitaciones de la casa. Déjalos ahí durante una semana. Si compruebas que el perejil se deteriora muy rápido, puede deberse a que existan malas energías, lo repones de inmediato. Cuando termines el ritual arroja el agua con las hojas al inodoro y lavas los vasos. No te preocupes, el perejil se va a encargar de absorber esas energías y de que la buena suerte llegue a tu hogar. Cuando llegue el martes siguiente, si deseas, puedes repetir el ritual. Si en tu casa no hay influencias negativas, el perejil se conservará durante los siete días que dura el ritual.


3-¿QUE NECESITAS?


Un puñado de hojas secas de albahaca.
Una cucharadita de incienso.
Una cucharadita de mirra.
Una cucharadita de ajo en polvo.
Un sahumador.


¿QUE HACER?


Prende el sahumador, esparce la albahaca, incienso, mirra y ajos. Luego sahuma todas las habitaciones invocando que la suerte entre a tu hogar y que toda energía negativa se aleje. Puedes rezar la oración de tu preferencia. Este ritual lo harás un día sábado lo más temprano posible. La albahaca no sólo protege contra las malas intenciones sino que llama a la buena suerte, igual que el ajo y el incienso, y la mirra hace las veces de escudo de protección del pedido.

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